miércoles, 15 de abril de 2020

Covid 19: Procrastinación en tiempos de cuarentena.








¿Sigues postergando tus metas a pesar de tener mucho más tiempo libre? ¿Te has planteado que se pueda deber a tu "flojera"? Pues seguramente la razón sea otra muy distinta.

Los ritmos de vida han cambiado para todos, ocasionando una alteración en nuestra rutina que, en casi la totalidad de las personas, jamás antes se había vivido con tal brusquedad.  Este cambio de rutinas además viene acompañado con una inestabilidad general en nuestros círculos más cercanos, que provoca una incertidumbre que se contagia y que es difícil frenar.




Si ahora tengo tiempo, ¿Qué excusa me pongo? Es la frase que más de uno se habrá planteado cuando observa que la mayor parte del tiempo libre, que ahora es mucho, lo gasta haciendo “nada”. ¿Por qué? Porque, aunque ahora tengas más tiempo que nunca, no estás preparado emocionalmente.

La procrastinación, aunque muchos lo asocien a cansancio o "flojera", es un componente principalmente emocional. Fuschia Sirois, profesora de psicología en la Universidad de Sheffield ya lo explicaba: “Las personas se enganchan en este círculo irracional de procrastinación crónica debido a una incapacidad para manejar estados de ánimos negativos en torno a una tarea”.

Es decir, seguramente la tarea o la meta que llevas tiempo intentando alcanzar te provoca un estado de ánimo negativo que te induce, casi inconscientemente, a realizar otro tipo de actividad. No es ausencia de habilidad para gestionar el tiempo, sino una técnica de huida hacia aquello a lo que te cuesta enfrentarte. Piensa, ¿No requiere el mismo tiempo reordenar tu estantería de libros que empezar con esa rutina de gimnasio que llevas tiempo postergando? Seguramente sí, e incluso es muy probable que una cosa sea igual de cansada que la otra. ¿Por qué entonces no nos enfrentamos a la tarea en cuestión? Porque esa tarea lo más seguro es que tenga asociado un estado de ánimo negativo que no quieres experimentar: Aburrimiento, inseguridad, frustración, … 

Por ello, ahora en este periodo de cuarentena es muy posible que seamos incapaz de afrontar una tarea que requiera añadir cualquier emoción negativa a las que ya experimentamos debido al aislamiento y a la inestabilidad percibida en el mundo. Suficiente tarea tenemos gestionando las emociones derivadas de esta crisis sanitaria, como para ahora añadir la gestión de emociones de otras tareas que de momento puedes evitar.

¿Significa esto que puedo procrastinar sin sentirme culpable? NO, significa que debes gestionar primero tus emociones derivadas de esta crisis antes de lanzarte a un nuevo objetivo.

¿Qué es lo primero que hicimos ante esta crisis sanitaria? Pues seguramente procrastinar nuestras emociones. Ocupamos nuestro tiempo con juegos, salidas al balcón, "memes", videollamadas con amigos, retos y toda una serie de actividades que en nuestro día a día, aunque nos pillara en esos días de no hacer nada, no hubiéramos hecho. Esto es debido a que intentamos administrar con urgencia esos estados negativos alargando el momento de afrontar nuestras emociones sobre la situación real, ya, que muchas veces, detrás de esas emociones nos tenemos que enfrentar a sentimientos relacionados con nuestra autoestima, inseguridad, ansiedad, etc.

Quizás salir a cantar al balcón sea una muy buena idea ante la alternativa de empezar a pensar cómo voy afrontar esta situación. Sin embargo, esas emociones siguen ahí y estarán cuando te toque enfrentarte a ellas. Por ello, aunque ahora notes ese alivio temporal de satisfacción que provoca esa tendencia a la procrastinación, llegará el momento en que tengas que enfrentarte a la situación sino quieres que se produzcan consecuencias en tu productividad, en tu salud física y mental.

La procrastinación es el reflejo de nuestra sociedad, la tendencia de nuestra mente de dar prioridad a las necesidades a corto plazo. Pero, ya sabemos que esto solo ocasiona que nos acabemos sintiendo peor a largo plazo. Además, está comprobado que, en situaciones de estrés como la actual, nuestra capacidad para tomar decisiones bien analizadas y orientadas al futuro es casi misión imposible, sino que se lo digan a los gobiernos de todo el mundo. Esto se debe a que la amígdala actúa como un “detector de amenazas” que hace que prefiramos eliminar la tarea, aunque sepamos que esto nos va a provocar más estrés a largo plazo.  

Por tanto, debemos entender que la procrastinación es un asunto emocional, no de productividad. Así que debes centrarte en aprender a gestionar tus emociones de una forma diferente hasta como ahora lo hacías, más que dedicarte a hacer mil planning semanales o practicar la décima técnica de autocontrol que te has aprendido en un tutorial.

¿Cuándo podremos salir de esta procrastinación? Cuando las recompensas de realizar la tarea sean más fuertes que las obtenidas por evadir la situación. Debemos aprender a gestionarnos de forma interna y, para ello, muchas veces necesitaremos apoyarnos en un psicólogo que nos empiece a marcar el camino para remar en la buena dirección. 

¿Qué meta has cumplido en este periodo de cuarentena? ¡Deja tus comentarios!





Daniel Mestre Flores
Daniel Mestre Flores

Psicólogo, educador y creador de Centro Haiku. Durante años he buscado llegar a la mente hasta que comprendi que la mente está en cada una de las pequeñas cosas de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario