Durante el siguiente artículo queremos ofrecer estrategias a la
hora de regular la tecnología o el uso de pantallas en nuestros hogares. Para
ello, usaremos un Plan de consumo de tecnología donde estableceremos zonas
libres de pantallas, aquellos horarios en los que no estará permitido usar
aparatos tecnológicos, que contenido estará permitido y cual es el aconsejado
según que horas y unas normas dentro de la llamada ciudadanía digital.
Para
realizar este plan de consumo es importante que todos los integrantes de la
familia participen y que las normas sean coherentes con nuestro ritmo de vida y
consecuentes para todos. Es decir, no vale decir a los hijos que durante la
comida no se puede usar el teléfono, pero que nosotros lo tengamos encima de la
mesa. Aquellas diferencias en las normas entre adultos y menores se deben
especificar también y explicar la razón. Por ejemplo, a veces durante horas no
permitidas, los adultos podemos coger el teléfono por razones de trabajo.
Las zonas libres de pantallas como su nombre indica son
aquellos espacios de la casa donde no está permitido el uso de ordenadores,
televisiones, móviles, etc. Una de las zonas más importantes a la hora de
restringir el uso de pantallas es el dormitorio, ya que los estudios muestran
que un dormitorio libre de aparatos electrónicos facilita el sueño y fortalece
el descanso. Además, contar con estos dispositivos en la habitación de nuestros
hijos supone un menor control por parte de nosotros del uso que le esta
haciendo o que ellos mismos tengan mas dificultades para regular su consumo,
retrasando la hora de ir a la cama o de realizar otro tipo de actividades. Durante la comida también se debe limitar el uso de
pantallas e intentar aprovechar este momento para dialogar con la familia y ofrecer
apoyo emocional.
Al igual que limitamos los espacios, también debemos limitar
los horarios del uso de la tecnología. ¿Cómo? Planteando actividades que no
requieran la utilización de pantallas. Por ejemplo, poner un horario en el día
donde podamos realizar una asamblea en familia para contar nuestras emociones
de ese día, realizar juegos todos juntos u ofrecer apoyo escolar en aquellas
tareas que nuestros hijos han detectado que han tenido problemas. Como ya se
indicó en la anterior diapositiva, el tiempo que pasamos en la habitación o
durante la comida también deberían ser espacios de tiempo libre de tecnología. Durante el día estableceremos obligaciones que cumplir dentro del
hogar como recoger la habitación, realizar tareas escolares, recoger la mesa, …
que son momentos que no nos hará falta el uso de estos aparatos, exceptuando en
los casos donde la tarea escolar requiera el uso de un ordenador.
Entramos en un aspecto fundamental, ¿Qué consumimos durante
las horas que si está permitido el uso de móviles u ordenadores? Muchas veces
dejamos a nuestro hijo delante de una aplicación porque creemos que es
educativa, pero tened cuidado. Porque no todas las aplicaciones que se venden
bajo esta etiqueta llegan a serla.
Recordar, una aplicación educativa debe ser más que pulsar y deslizar.
Nuestra tarea como padres debe ser la de diversificar el contenido que ven
nuestros hijos durante estas horas. Debe haber tiempo para el ocio a través de
juegos adaptados a su edad, tiempo para los dibujos animados, pero también
tiempo para ver o trabajar sobre elementos que potencien la creatividad. Es
fundamental también que exista interacción y conexión entre las familias. Por
ello, aquellos juegos o contenidos que podamos ver o jugar entre todos favorecerán
una mejor comunicación, a la vez que ejercemos un control sobre si lo que están
viendo es adecuado para ellos.
Recuerda utilizar estas horas de tecnología para favorecer
la comunicación de nuestros hijos con sus amigos y familiares, asegurando de
que no acaban hablando con desconocidos.
Por último, debemos recordar siempre a nuestros hijos que
las mismas normas de comportamiento que aplicamos en nuestro día a día en el
colegio, en casa o en la calle… son las mismas normas que hay que aplicar a
través de internet. Hay que evitar los insultos, respetar la privacidad de
nuestros amigos y familiares (Por ejemplo, no subir fotos sin su permiso) o
defender a aquellos amigos que creemos que están siendo acosados por internet, avisando a los adultos para que actúen debidamente. Por desgracia, el
ciberbullying es una realidad y es tarea de todos evitar que se produzca.
Recuerda, las ventajas de la tecnología son muchas si se
usan de forma moderada y adecuada. Pero no debemos olvidar que debemos
equilibrar su uso para permitir una interacción personal con nuestra familia y
amigos, ya que esta interacción juega un papel muy importante para promover el
correcto desarrollo de nuestros hijos. En estos días de cuarentena intenta que su funcionalidad
prioritaria sea el de conexión de nuestros hijos con sus amigos, familiares y
profesores. Dentro de casa, hoy le hacéis más falta que nunca, así que no
descuidéis vuestras interacciones. En resumen, cuidarse, hablarse, quererse.
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