Una de las herramientas más utilizadas por los psicólogos es la exposición gradual cognitiva del problema a través del entrenamiento de la imaginación. Sin embargo, en muchas ocasiones nos encontramos pacientes que tienen serias dificultades a la hora de crear estímulos cognitivos que puedan utilizar para expresar sus emociones ante un problema y que hace que la terapia se alargue en el tiempo hasta que consigue manejar bien este tipo de técnicas.
Con la realidad virtual, este proceso se acorta ya que facilita al paciente experimentar una experiencia similar a la real y, a diferencia de la exposición en vivo, con la seguridad de saber que se encuentra en un entorno controlado donde sentirse seguro. Esta sensación de seguridad acompañado de la exposición directa al problema hace que el paciente se encuentre inmerso en la terapia fomentando el sentido de presencia que hace que se exponga directamente a las emociones que experimenta en diversas situaciones. Esto facilita que se produzcan avances con mayor rapidez que hace que el paciente se sienta satisfecho con el tratamiento y se pueda dedicar mayor tiempo de la terapia al entrenamiento de herramientas que mejoren el malestar actual.
Por otro lado, esta experiencia de realidad virtual viene acompañado de un sensor de biofeedback que permite obtener información gráfica de las respuestas fisiológicas del paciente y que reduce el nivel de subjetividad a los test que miden la ansiedad ante la exposición a diferentes situaciones (Por ejemplo, no hará falta preguntar al paciente que nivel de ansiedad experimenta cuando se sube a un avión, ya que será el sensor el que mida estos niveles).
Evidentemente, este tipo de técnicas deben ir acompañadas de un profesional de la psicología que pueda controlar y dirigir en todo momento las emociones que experimenta el paciente con el fin de guiar y ofrecer recursos al problema que presente.
¿Qué aplicaciones ofrece la realidad virtual?
Aunque el ejemplo más visible de terapia de realidad virtual sea el del tratamiento de fobias, se ha demostrado que esta técnica sirve para muchas otras aplicaciones como: •
Relajación y Mindfulness. • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). • Ansiedad social. • Ansiedad generalizada. • Insomnio. • Ansiedad ante exámenes. • Trastorno de Estrés Post-Traumático (TEPT). • Reducción del dolor crónico. • Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). • Trastornos del estado del ánimo. • Adicción al Alcohol. • Hipocondría. • Entrenamiento deportivo.
¿Quieres saber más o concertar tu primera cita?
Si necesitas más información o quieres probar esta técnica no dudes en contactar con el equipo de ipsycólogo a través de tupsicologo@outlook.com
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