“Todos lo hacen”, “No es nocivo para la salud”, “No produce
adicción”… Que no nos cuenten cuentos!
El cannabis se ha convertido en la droga con mayor aumento
en el consumo en España. Los últimos estudios indican que uno de cada cinco
jóvenes entre 15 y 34 años ha consumido cannabis en el último año. Sin embargo,
la Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y otras drogas 2013/2014, elaborada por
el Plan Nacional sobre Drogas arroja datos más preocupantes. En los últimos 12
meses, el porcentaje de consumidores de cannabis es mayor entre la población
menor de edad (14.5%), frente a los mayores de edad (9.1%). Tendencia que
también se presenta en los casos de borrachera o hacer botellón. Esto entra en
contraste con los datos que muestra que el consumo de cannabis suele disminuir
con la edad.
De toda la información recogida la que más preocupa desde el
punto de vista del desarrollo psicológico y físico es el referido a la alta
tasa de jóvenes de entre 15 y 17 años que inician su consumo del cannabis (47%)
frente a los mayores de edad (24.3%).
A continuación se va a exponer los datos que nos cuentan la
verdadera realidad, fuera de los cuentos generados donde se persiste la
consideración de que el tabaco es más peligroso que el cannabis, o que es algo
casi inocuo en nuestro organismo. Los estudios realizados en cuanto al consumo del cannabis
muestran que su consumo puede provocar adicción, aumentar el riesgo de caer en
sustancias aún más peligrosas o sufrir una enfermedad mental:
- Problemas en el desarrollo: Algo que la mayoría de los jóvenes no conocen sobre su cuerpo, es que este sigue creciendo y modificando su desarrollo hasta pasada la mayoría de edad. Esto provoca que nuestro organismo a edad temprana sea más vulnerable ante la entrada de sustancias nocivas. El mayor afectado, el cerebro, que no termina de desarrollarse hasta los 20-24 años. Esto provoca que ante el consumo de drogas, la ubicación y desarrollo de las neuronas no llegue a completarse, y lo que es más grave, las neuronas que se pierden no se pueden recuperar por lo que el daño llega a ser irreparable. Las consecuencias pueden ser alarmantes, ya que esto repercute en la memoria o en la atención, creando personas sin capacidad para realizar tareas de alta concentración o la facilidad que tienen para olvidar realizar tareas. Para poner en claro la evidencia del problema que aquí se refleja, se observa que la última parte del cerebro que se desarrolla es la corteza prefrontal que permite evaluar las situaciones, tomar decisiones juiciosas y mantener emociones y deseos bajo control, lo que el frenar este desarrollo a través del consumo puede provocar consecuencias profundas y de larga duración creando a personas impulsivas, con poco control de las normas sociales y baja capacidad de decisión.
- Desarrollo de enfermedades mentales: Se ha comprobado que el uso de drogas como el cannabis puede disparar o exacerbar los trastornos mentales, particularmente en personas con vulnerabilidades específicas. Por ejemplo, una persona que genéticamente esta predispuesta a sufrir cuadros depresivos, con el consumo de sustancias como el cannabis dispara la posibilidad de sufrir estos efectos. Otras enfermedades como la psicosis o la esquizofrenia tiene una relación importante también, ya que está demostrado que el inicio en la adolescencia de estas sustancias aumentan la probabilidad de mostrar una esquizofrenia precoz o psicosis.
- Problemas en los hábitos diarios: En cuanto a otros problemas que están asociados a este consumo se encuentra el aumento de hambre y sueño, las complicaciones físicas sobretodo de tipo respiratorio, el riesgo en embarazadas o la calidad de los espermas en los hombres y lo más preocupante, el síndrome amotivacional, que produce en la persona esa sensación de apatía, poco interés en las relaciones sociales o la falta de ganas de realizar actividades o proponerse objetivos.
- Adicción: A pesar de los mitos, el cannabis puede provocar adicción y son los jóvenes los que mayor riesgo tienen de acabar enganchados.
Todos estos problemas asociados al
consumo de cannabis nos alertan de la necesidad de disponer de programas de
prevención que disminuyan estas cifras. Se ha comprobado que el consumo de
marihuana disminuye cuando aumenta la percepción del daño que causa. Por ello,
debemos hacer frente desde las escuelas a esta problemática que a largo plazo
nos afectará al conjunto de la sociedad. Crear una generación futura sana esta
en mano de la buena intervención que hagamos a unos jóvenes que se encuentran
en una etapa de su vida de continuo cambio y muy influenciables por el contexto
que les rodea. Por ello, es tarea de educadores, psicólogos y padres el afrontar
esta problemática desde el dialogo, marcando las consecuencias negativas que
esto puede tener en la persona que lo consume y nunca desde el miedo o la
prohibición sin razonamiento.
Que no nos cuenten cuentos… El consumo de cannabis puede
provocar adicción y problemas físicos y mentales, acentuados sobre todo cuando
se consume a temprana edad provocando el desarrollo de personas con altas
carencias en aspectos tan importantes como la memoria, el control de impulsos,
la responsabilidad o la capacidad de atención. Mira por tu futuro, y si eso no
te vale, mira por el futuro de los seres queridos que te rodean y que no
quieren ver a un hijo maltratado por las drogas y sin ninguna opción de futuro.
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