miércoles, 25 de septiembre de 2013

Criticar para enfermar.

Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el resentimiento y la culpa, responsable de nuestras enfermedades.
   Con esta frase de Facundo Cabral comenzamos un artículo sobre el crecimiento y bienestar personal. La sociedad española reflejada en programas televisivos de gran audiencia como "Sálvame" denota un carácter critico malsano y destructivo que no solo daña la imagen de las personas que nos rodean, sino que además crea amistades superficiales con las que poder enfocar su enfermedad. Sin embargo, el deporte nacional y de moda daña seriamente nuestro carácter y nuestra salud, ya que las personas que siempre están echando pestes por la boca se acaba salpicando de su propia mierda.

  Veamos este enfoque desde otro punto de vista, ¿Por qué existe la crítica? Bien, estudios comprueban que la crítica es una gran herramienta social que utilizamos para sacar temas de conversación cuando no se sabe recurrir a otros temas, además como herramienta de aceptación social al sentirse aceptado por críticas en común.

¿Deberíamos eliminar la crítica de nuestras vidas? Realmente la crítica forma una herramienta además de fuerte, necesaria. El problema radica cuando la persona convierte de la crítica su forma de vida. Y es que esta herramienta se debe utilizar cuando aporte diversión y entretenimiento en nuestras vidas. No hay nada malo criticar a políticos, famosos o personas ajenas por entretenimiento siempre que se haga en un grado humorístico y entretenido. El problema radica cuando esas críticas se extienden a familiares y amigos ya que pueden acabar provocando el distanciamiento y el repudio social. Una persona se identifica por sus palabras y sus hechos, por lo que si refleja en sus amigos que le encanta criticar, sus propios amigos saben que si critica a otros amigos tarde o temprano también ellos serán criticados lo que terminan teniendo una amistad superficial con miedo a que acaben siendo foco de las criticas de la persona en cuestión. Por ello, es esencial aprender a vivir en armonía e intentando comprender el comportamiento de lo ajeno. Es más constructivo y beneficioso preguntar a una persona un comportamiento en concreto que no se llega a entender. Sin embargo, por comodidad muchas veces se recurre a la critica sin tener en cuenta los factores del comportamiento de esa persona ayudando simplemente a nuestro desahogo momentáneo, pero destrozando la unión de amistad entre ambos y la solución de los problemas a largo plazo de esa relación. Y es que cuándo se usa la crítica como herramienta de apoyo ante carencias sociales es cuando se produce el mal, una persona que critica porque carece de herramientas sociales necesarias para hablar de los problemas que tiene termina siendo una persona depresiva porque en el fondo no acaba de solucionar esa carencia y se le acumulan los problemas.

Esto desencadena a los otros dos factores de los que habla Facundo Cabral, el resentimiento y la culpa. A través de la crítica se demuestra un resentimiento hacia la persona que estamos criticando que jamás se eliminará ya que no llegamos a sincerarnos con la persona y mostrar los problemas existentes. Esto provoca que el resentimiento vaya aumentando progresivamente hasta que llegue un momento que la amistad sea inviable. ¿Por qué existe el resentimiento? El resentimiento se produce cuando un comportamiento de alguien de nuestro alrededor no nos ha gustado y nos sentimos molesto por ello, sin embargo la mayoría de las veces la persona que ha provocado ese comportamiento dañino para nosotros no es consciente del daño que provoca por lo que no llega a pedir perdón al no saber que este haciendo algo mal. Esto provoca un circulo de malestar ya que hace que una persona este resentida por el comportamiento de su compañero, y el otro se sienta perdido por el cambio de actitud de la otra persona. Pues bien, debemos usar aquí nuestras herramientas sociales y romper ese círculo de la manera más eficaz. Y es que debemos dejar el orgullo de lado y si tenemos un problema con alguien, ¿No es más sano y constructivo hablar del problema que tienes con esa persona que callarse por orgullo y dejar que el resentimiento crezca y crezca?

Por lo que debemos tener en cuenta que la crítica se nos puede escapar de las manos en la mayoría de las ocasiones provocando una sensación de culpa por saber que estamos hablando mal de alguien importante en nuestras vidas y que es cuando se llega a enterar cuando la culpa aumenta. Todo sería más fácil si dejáramos de lado la envidia, la falta de empatía, el egocentrismo y nos miráramos bien a nosotros antes de llegar a criticar a lo ajeno. Y es que si una persona realmente te importa ¿Por qué no ser feliz con lo que a esa persona le hace feliz? Y si no lo ves feliz, ¿Ayuda que lo critiques o no sería mejor hablar e intentar ayudarlo con su malestar?

Seamos todos las grandes personas que somos, usemos la crítica como lo que debería ser, una herramienta con la que valorar nuestro comportamiento y el de otros con el fin de mejorar sin tener que promulgar y aparquemos el odio y el resentimiento de nuestras vidas dejando ver que nuestra felicidad radica también en la felicidad de los que nos rodean.


Daniel Mestre Flores
Daniel Mestre Flores

Psicólogo, educador y creador de Centro Haiku. Durante años he buscado llegar a la mente hasta que comprendi que la mente está en cada una de las pequeñas cosas de la vida.

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